Ötzi es la momia humana natural más antigua conocida.

Ötzi es la momia humana natural más antigua conocida. Fue un habitante de los Alpes italianos, del 3300 AC aproximadamente (en la edad del Cobre europea).

Fue descubierto en 1991 por dos turistas alemanes, a 3200 metros sobre el nivel del mar.

La causa de la momificación del cadáver fue la frialdad extrema y perpetua de la región donde el individuo falleció. Gracias a su descubrimiento se ha obtenido valiosa información sobre el periodo en que vivió.

Su nombre le fue puesto por la región Ötztal (que significa ‘valle de Ötz’), donde fue hallado.

El cuerpo se ha examinado, se ha medido, se ha radiografiado, y se ha fechado extensivamente. Los tejidos finos y el contenido de los órganos fueron examinados mediante el microscopio, al igual que el polen encontrado en sus prendas. De acuerdo con las estimaciones actuales, Ötzi medía aproximadamente 159 cm de alto, tenía 46 años, y había pesado unos 50 kg (cuando lo encontraron, pesaba 38 kg). Tenía artritis en sus articulaciones, y padecía de parásitos intestinales.

La presencia en el cuerpo del polen del árbol hophornbeam, que florece en los Alpes entre marzo y junio, indica que Ötzi murió en primavera o principios de verano.

El análisis intestinal de Ötzi demostró contener dos comidas recientes (una cerca de ocho horas antes de su muerte): una de carne de gamuza, otra de carne roja de ciervo, ambas consumidas con algún cereal (un salvado procesado del trigo escaña cultivada, consumido posiblemente en forma de pan). Había también algunas semillas de endrino (pequeñas ciruelas, frutos del árbol del endrino) y algunas raíces.

El cuerpo presenta una serie de tatuajes en la muñeca izquierda, dos en la zona lumbar de la espalda, cinco en la pierna derecha y dos en la izquierda. Se trata de grupitos de tres o cuatro rayas paralelas que no forman un dibujo reconocible.

Las ropas de Ötzi, incluyendo una capa, un chaleco y zapatos tejidos de cuero, eran muy sofisticadas. Los zapatos eran impermeables, diseñados aparentemente para caminar a través de la nieve; fueron construidos usando piel de oso para las plantas del pie, piel de ciervo oculta los paneles superiores, y una red hecha de corteza de árbol. La hierba suave rodeaba el pie y el zapato y funcionaba como un calcetín.

Otros artículos encontrados con el “hombre de hielo” eran:

  • un hacha de cobre y pedernal con una manija de tejo
  • un cuchillo de pedernal con mango de fresno
  • una aljaba llena de flechas con los ejes de viburno
  • puntas de pedernal
  • un arco inacabado que era más alto que él

Entre las posesiones se Ötzi había dos especies de setas u hongos. Uno de éstos (el hongo del abedul) se sabe tiene características antibacterianas, y fue utilizado probablemente para propósitos médicos. El otro era un tipo de hongo de yesca (para producir fuego), incluido con parte de lo que parecía ser un equipo complejo. El equipo contiene pedazos de diversas plantas, cerca de una docena, además del pedernal y de la pirita para crear chispas.

Una exploración de TAC reveló que Ötzi tenía lo qué parecía ser una punta de flecha alojada en el pulmón izquierdo cuando murió, junto a un rasgón pequeño en su capa. El tallo de la flecha había sido quitado, por sí mismo o por un compañero. También tenía cortes en el pecho y en la mano y la muñeca derecha, y contusiones. Rastros revelados del análisis del ADN de la sangre que había en los objetos que lo rodeaban demostraron la presencia de otras cuatro personas:

  • sangre de una persona en su capa.
  • sangre de otra persona en su cuchillo (lo que indicaría que hirió a una persona a cuchillazos),
  • dos de la misma punta de la flecha (que indicaría que hirió a dos personas distintas a flechazos y extrajo cada vez la valiosa flecha, sin que se saliera la punta de flecha, lo que indica que su tecnología era superior a la de sus atacantes, ya que él recibió un flechazo en homoplato izquierdo que le alcanzó el pulmón, y al extraerla, quedó la punta de la flecha en su interior).

Se confirmó entonces que Otzi fue asesinado, sufriendo una muerte lenta y agónica seguramente por asfixia y/o desangramiento.

Recientemente, en un estudio, se demostró que Ötzi sufrió una herida profunda en su mano derecha (Nerlich et al., 2003). Además, se identificó, en su axila izquierda, una punta de flecha

 

 

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